Al lado del paciente crónico, siempre y en todo lugar
El paciente crónico acapara la atención del sistema sanitario y así parece que seguirá en los próximos años. Su complejidad es un desafío para los servicios de salud, que deberán saber cómo responder a la posible reagudización de sus enfermedades y a las dificultades en la adherencia a los tratamientos. La sanidad sabe que deber girar hacia la cronicidad, pero no es fácil precisar la profundidad de ese cambio ni cómo acometerlo. El Hospital Sanitas CIMA, de Barcelona, ha presentado un proyecto piloto que busca el seguimiento del paciente crónico en cualquier momento y lugar, gracias a las posibilidades que ofrece la transformación digital de la atención sanitaria.
Mediante Salud Conectada, una plataforma conectada con wearables que recoge información de indicadores biométricos y de hábitos del paciente, CIMA aspira a lograr un mayor control y autogestión de las enfermedades monitorizadas. El proyecto, en fase de pilotaje también en otros centros de Sanitas Hospitales, se está empezando a aplicar en pacientes con hipertensión, EPOC y/o sobrepeso que, mediante wearables, facilitan datos del momento y evolución de sus patologías para el seguimiento y gestión por parte de los profesionales, tanto médicos como de enfermería.
“Estamos consiguiendo estar al lado del paciente en momentos, situaciones y lugares en los que antes no podíamos”, explica Pelayo de Merlo, director médico de CIMA. “Los wearables que estamos utilizando (tensiómetros, pulsioxímetros, básculas, pulseras de actividad…) son poco invasivos y están siendo bien recibidos por los participantes. Para nosotros, la experiencia del paciente es esencial para ir logrando amoldar el proyecto a las expectativas generadas”.
A su juicio, Salud Conectada está logrando una participación cierta del paciente en el seguimiento de su enfermedad. “Hemos hablado durante años de responsabilizar a las personas en la gestión de su salud, pero no les hemos ofrecido ni herramientas ni apoyo para hacerlo posible. Este proyecto permite un empoderamiento real, no solo del paciente, sino también del profesional, capaz de mejorar la asistencia en comparación con lo que viene haciendo ahora en la consulta tradicional”.
Toni Giró, gerente del Hospital Sanitas CIMA: "Logramos que los pacientes se sientan más protegidos. No se trata de reducir estancias o evitar consultas, sino de prestar la mejor asistencia posible"
Gracias a la monitorización permanente de estos pacientes, el Hospital Sanitas CIMA está más cerca de poder evitar infartos o de remediar la descompensación de indicadores. “Hacemos que los pacientes se sientan más protegidos”, explica el gerente, Toni Giró. “No se trata de reducir estancias o evitar consultas, sino de prestar la mejor asistencia sanitaria posible en cada situación”.
CIMA participa en el plan piloto que también están llevando a cabo otros centros de Sanitas Hospitales. Solo en Cataluña ya hay 86 pacientes, que disponen de sus respectivos wearables para el registro de sus indicadores. “La recogida del dato es fundamental, así como su calidad”, añade De Merlo. “Para participar en el proyecto, nos importa la enfermedad, no el género, el sexo o la edad del paciente”.
El uso de los datos obtenidos es uno de los posibles obstáculos en el avance del proyecto. “Es verdad que puede haber pacientes que renuncien a participar porque quieren mantener sus datos a salvo, por encima de cualquier otra consideración”, sostiene el gerente Giró. “Pero las reticencias no son hacia el hospital CIMA o hacia Sanitas como compañía, sino de las propias personas a compartir información”. Con todo, los problemas se difuminan con transparencia, apunta De Merlo: “Si al paciente le explicas claramente lo que persigues, su seguimiento, que no se descompense, que se le pueda atender al momento en cualquier lugar, el proyecto tiene que crecer”.