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El tema del cambio climático y cómo reducir nuestra huella en el planeta Tierra está cobrando cada vez más importancia y, por fortuna, está siendo abordado por empresas y gobiernos de diferentes países, como ocurrirá en la próxima cumbre por el cambio climático de la COP25 de Madrid, España. 

Cada vez más personas se unen a un cambio en sus hábitos, a reducir residuos, reciclar y a optar por estilos de vida más sostenibles, pero existe un interrogante que inquieta a las mujeres: ¿cómo puedo evitar producir residuos y contaminar el ambiente durante la menstruación?

Los productos convencionales de higiene menstrual como compresas y tampones utilizan derivados del plástico, algodón que requiere de pesticidas y otros químicos como blanqueadores, los cuales no solo contaminan los suelos, sino que contribuyen en la acumulación de las islas de plástico del Océano Pacífico. Afortunadamente, según explican desde la firma Sileu, existe una manera de mantener la salud menstrual sin contaminar los océanos, y esta es la copa menstrual.

La copa menstrual en la lucha por reducir el impacto ambiental

La copa menstrual es un producto que, aunque no es nuevo, cada vez tiene más popularidad entre las mujeres que quieren mejorar la forma en la que menstrúan. Según diversos estudios, es una opción muy segura: está hecha de silicona de grado médico hipoalergénico; no permite fugas y es muy higiénica; y, además, por ser reutilizable hasta por 10 años, no genera la cantidad de residuos que sus contrincantes en el mundo de la higiene menstrual. Esto último es de vital importancia porque, además, no desprende sustancias tóxicas, mutagénicas, cancerígenas ni contaminantes para el medio ambiente, por lo que combina con la filosofía de reducir el impacto ambiental desde el hogar. Es un excelente mecanismo que permite a las mujeres unirse al movimiento para cuidar el planeta y vivir sin plástico, sin tener que descuidar la salud menstrual ni deshacerse de su ropa por estar manchada.

¿Cuánto contaminan las compresas y tampones?

La industria de productos cosméticos y de higiene menstrual es masiva. Sin embargo, no siempre han sido muy transparentes acerca de los materiales y el contenido con los que fabrican las compresas menstruales y tampones. Al fin y al cabo, lo que importaba era que cumplieran su trabajo de no dejar que hubiese fugas de sangre menstrual y que pudieran ser desechadas tras cada uso. Fácil, práctico y sin tener que ver la sangre.

Sin embargo, recientemente ante la presión de la sociedad, que exige utilizar productos más saludables, han revelado que tanto tampones como toallas sanitarias utilizan compuestos de algodón, rayón y distintos tipos de polímeros. Es decir, plástico puro. Algunos materiales como polietileno, poliéster y polipropileno, que se pueden encontrar en bolsas plásticas de supermercado y envases caseros, son los que se utilizan para crear las distintas capas que componen a una compresa menstrual para que cumpla su función de retener la sangre. Estos materiales no son biodegradables y podría tomar hasta 800 años para descomponerse en microplásticos.

Según un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) “la mayoría de los microplásticos en los océanos provendría del lavado de textiles sintéticos”, de acuerdo con un artículo publicado por Stephanie Chavalier Naranjo.

Precisamente, el rayón es una tela sintética, derivada del petróleo y utilizada tanto en tampones como compresas menstruales. De acuerdo con la IUCN, hasta un 35% de los microplásticos provienen de este tipo de textiles sintéticos, mientras que otro 2% agregado, proviene de artículos de cuidado personal. Este acumulado de microplásticos no biodegradables se esparce por el mundo cuando “son absorbidos por organismos…, y se integran a la cadena alimenticia y contaminan los entornos más remotos.” Además, de toda la basura acumulada en los océanos, el plástico representa el mayor contaminante acumulado y es el causante mayoritario del calentamiento global.

Y, ¿qué hay del gel super absorbente que se utiliza en estos productos? Se trata del poliacrilato, una sustancia que está asociada directamente a los casos de Síndrome de Shock Tóxico, una afección grave producida por una bacteria y asociada con los productos de higiene menstrual. Por otro lado, los sembradíos con los que se produce el algodón, que es un producto natural y biodegradable usado en tampones, son tratados con pesticidas y sustancias químicas que son nocivos para la salud íntima y generan un alto impacto ambiental.

Los envoltorios de estos productos menstruales son otro factor contaminante y también están incluidos en la fórmula para este caos oceánico. Afortunadamente, la marca de copas menstruales Sileu, en sus productos con su politica de cero plastico, está incursionando con empaques hechos de materiales biodegradables extraídos de la glucosa de plantas, como el maíz, para sus distintas copas menstruales.

Una isla de basura y desperdicios menstruales

La menstruación es un proceso natural que ha sido estigmatizado por muchas culturas, pero que, en la actualidad, está sirviendo como vehículo en la búsqueda de igualdad de género para las mujeres. Se ha convertido en un símbolo de empoderamiento femenino, pero el uso de los productos tradicionales hechos de plástico es insustentable e insostenible para el planeta.

La menstruación no se puede detener. Una mujer menstrúa en promedio durante 40 años de su vida, al menos 5 días cada mes, y utiliza una media de dos compresas o tampones cada día de su menstruación. Si tenemos en cuenta las matemáticas, durante su vida fértil una mujer habrá utilizado y desechado al menos 4.800 toallas o tampones, ella sola. Así ocurre con al menos 3 billones de mujeres menstruantes cada año. Se ha sabido que en medio siglo se ha acumulado un total de 20 billones de desperdicios solo en productos como compresas, tampones y empaques menstruales. Según un estudio de la revista Nature, el impacto ambiental que esto genera es tangible y se evidencia en la gran isla de plástico del Pacífico, la cual cubre una superficie estimada de 1.6 millones de Km2, casi 4 veces la superficie de España.

Pero, ¿de qué países provienen la mayor cantidad de desperdicios? Una investigación proveniente de la Universidad de Georgia, determinó que China es “el Estado responsable de arrojar más productos de plástico en los océanos, con un total de 8,8 millones de toneladas métricas. Le sigue Indonesia, con 3,3 millones, y Filipinas, con 1,9 millones.”

Esta investigación llevada a cabo por Jenna Jambeck y su equipo, fue la primera vez en la historia que se logró “fijar una cifra aproximada al volumen de estos vertidos.” Por fortuna, con productos como la copa menstrual y compresas reutilizables de tela, se les está permitiendo a millones de mujeres a nivel mundial tener una menstruación más sustentable, saludable y sostenible, contribuyendo así con la reducción del grave impacto ambiental que se vive hoy en día.

Afortunadamente, la conciencia se vuelve global, y así lo vivirá España con la cumbre de la COP25, una conferencia sobre el cambio climático organizada por la ONU desde 1995, la cual inicialmente se iba a realizar en Chile, pero fue cancelada por los disturbios que han ocurrido recientemente.

Más acerca de Sileu.- https://sileu.com/es

Sileu es una empresa llena de pasión e impulso para la creación de un cambio social y una revolución femenina en el modo de entender su ciclo menstrual.

El empoderamiento de la mujer y el control y la acepción sobre su propio cuerpo, sin importar su raza, religión, color, edad, grupo étnico o cualquier otro factor, es la meta de la compañía. Luchan por un mundo libre de prejuicios y tabúes sobre algo tan natural y sencillo como es la menstruación de cada mujer, y que esta sea vista como algo limpio y bueno y no como motivo de vergüenza, ocultación e incluso, rechazo.

A través de Sileu Cup proporcionan un método limpio, higiénico, económico y sostenible para que todas las mujeres que lo deseen puedan usarlo y así librarse de la “esclavitud” que supone el uso de los métodos tradicionales como compresas y tampones.

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