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La SEPD considera que esta Ley está sesgada hacia componentes sociales y circunstanciales, obviando los factores biológicos y psicológicos demostrados por las neurociencias, y no incluye las principales consideraciones básicas sobre Patología Dual.

Madrid, 22 de octubre de 2021. La Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), entidad reconocida en el ámbito de la Salud Mental que aboga por la integración de las redes de adicciones y del resto de trastornos mentales, quiere manifestar su apoyo al reciente posicionamiento publicado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), ante la admisión a trámite de la Proposición de Ley General de Salud Mental.

En concreto, se señalaba que esta Propuesta de Ley es que, de aprobarse, conseguirá lo que, en teoría, dice querer evitar, esto es, la estigmatización de los trastornos mentales y de la salud mental frente a otras áreas de salud. Además, al no distinguir entre síntomas y trastornos mentales se conseguirá la psicologización y psiquiatrización de fenómenos que nada tienen que ver con los trastornos mentales como los define la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta ley, centrada únicamente en componentes sociales, está tan alejada de la práctica clínica habitual y de los problemas reales de las personas con trastornos mentales graves, que lo único que conseguirá será diluir las carencias actuales de la atención en salud mental con otros problemas de la sociedad, alejados de lo que se considera patológico.

En este sentido, desde la SEPD se quiere añadir, tal y como ya se comunicó a la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, que también es clave que se incluyan en esta normativa las principales consideraciones básicas sobre Patología Dual: es decir, contemplar la realidad de que la mayoría de las adicciones cursan con otros trastornos mentales y que, viceversa, según datos epidemiológicos y meta-análisis actuales, más del 75% de los trastornos mentales graves presentan, además, un trastorno por mal uso o adicción a sustancias psicótropas o bien adicciones comportamentales.

Esta ley está plagada de apriorismos falsos y contrarios a los datos y evidencia de años de investigación en este campo. La única vez que se hace referencia a dicha evidencia se habla de filósofos contemporáneos vinculados a sistemas filosóficos muy concretos. Lo que no hace más que reforzar la idea de que esta es una ley más del ámbito de la filosofía y sociología que de los trastornos mentales; al menos como los entiende la OMS y el resto del mundo civilizado.

Además, en cuanto a sus objetivos, la SEPD añade que éstos deberían centrarse en la atención a la persona que sufre trastornos mentales y no en la salud mental de manera general. Se ignora, o minusvalora, los grandes avances actuales de las neurociencias y la psiquiatría de precisión que resalta el enfoque bio-psico-social que debe presidir, y en ese orden, la atención de los trastornos mentales, especialmente los más graves, en lugar de basar la mayoría de las propuestas que efectúa en un claro determinismo psico-social.

Esta Ley, en su conjunto, obvia la Patología Dual, elemento intrínseco de los trastornos mentales. En el punto donde se tratan los trastornos más frecuentes, los autores se vuelven a olvidar de los trastornos adictivos y, por tanto, de la Patología Dual. En definitiva, que este texto sea ajeno a que la mayoría de los trastornos mentales vayan asociados a trastornos por consumo de sustancias o a adicciones comportamentales supone una cuestión inaceptable para la SEPD.

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