La directora y fundadora de AISS, Ana Villota, y la psicóloga clínica y forense de AISS, recuerda que el 85% de las personas con enfermedad mental tiene también sanidad pública, pero entre el 30 y el 40% de los mismos busca un recurso privado complementario. Exigen que se acabe con la visión distorsionada que se ha querido trasladar a la sociedad desde determinados ámbitos, en los que se ha tratado de poner en entredicho la eficacia de la sanidad privada.
En palabras de Ana Villota, "cada vez que surge algún asunto incómodo para el Gobierno, como es el número de fallecidos por la Covid-19 o la gestión que se ha hecho de los recursos, tratan de solucionarlo centrando el foco exclusivamente en los recursos públicos. Queremos recordar que la sanidad privada forma parte del sistema sanitario y que lo realmente eficaz es trabajar de forma coordinada. Lo que nosotros hacemos en nuestros pisos tutelados es poner al alcance del paciente un recurso más personal, más cercano y más continuado en el tiempo. Un recurso riguroso y eficaz. Nuestro trabajo está respaldado por los pacientes y sus familias, que son sus beneficiarios y protagonistas”.
Los datos así lo corroboran.
En el ámbito de la salud mental, del 85% de los pacientes que tiene sanidad pública, casi el 40% también acude a la sanidad privada
“En AISS llevamos más de 20 años trabajando para ofrecer un hogar a personas que por su enfermedad, no tenían los recursos suficientes para llevar una vida lo más normalizada posible. Son personas mucho más sensibles a cualquier cambio, como ha ocurrido durante la pandemia. La realidad es que durante la crisis hemos tenido que garantizar su seguridad clínica y su bienestar mental prácticamente solos porque no hemos recibido apoyo alguno de las instituciones", dice Villota.
Por su parte, Paula Cuesta afirma que estos pacientes buscan una atención más continuada, más cercana y más personalizada, donde se combina la atención clínica y la social, basada en la relación de confianza con el paciente. Estos son los motivos principales por los que las personas con enfermedad mental acuden a los recursos que ofrece la sanidad privada.
